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Disruptores hormonales en la alimentación. ¿Hay alimentos que pueden perjudicar y alterar mi ciclo?

¿Sabías que la alimentación puede alterar tu ciclo hormonal? Aquí te explico un poco más sobre ello.




En la actualidad se ha asumido que los hábitos de vida, tanto relativos a la alimentación como a la actividad física se encuentran ligados al estado de salud. Resulta casi una obviedad decir que para gozar de un buen estado de salud es necesario llevar a cabo una alimentación saludable y realizar ejercicio físico de forma habitual.


No obstante, la alimentación no solo repercute en la salud general, si no que nuestra dieta se encuentra estrechamente relacionada con la calidad de nuestro ciclo hormonal, pudiendo relacionarse tanto con la predisposición a padecer disfunciones ginecológicas como suponiendo una vía de tratamiento de estas.


El modelo alimentario de la sociedad occidental actual se describe con un alto consumo en alimentos ricos en grasas y cereales refinados, carnes rojas, bebidas y postres azucarados, lácteos con un alto contenido en grasas y un mayor consumo de carnes procesadas. En este patrón dietético destacan la gran cantidad de grasas poco saludables y azúcares simples además de la ausencia de vitaminas y minerales esenciales para un estado de salud adecuado, alejándose de la dieta mediterránea.


Los hábitos de vida son factores modificables que pueden repercutir en la fertilidad, y por ende, en la salud del ciclo menstrual. Se ha estimado que la capacidad fértil de la población de los países industrializados está afectada en un 15-20%. Actualmente disponemos de una amplia evidencia científica que muestra como la dieta, el estilo de vida y la suplementación nutricional afectan a la fertilidad.


¿Entonces existen alimentos que perjudican mi ciclo menstrual?¿Hay dietas que perjudican o mejoran la salud de mi ciclo?

Cabe destacar que tanto el sobrepeso como el bajo peso corporal repercuten en la función reproductiva pudiendo causar desequilibrios hormonales y disfunciones ovulatorias. Además, aunque actualmente la evidencia no es totalmente concluyente se han relacionado el consumo de cafeína y alcohol con la reducción del desempeño reproductivo.


Cafeína

Las cualidades estimulantes de la cafeína han conllevado a su consumo generalizado en bebidas comunes (infusión, refrescos, etc). Esta sustancia puede repercutir en el ciclo hormonal, alterando los niveles hormonales y afectando de esta forma a la ovulación y a la función del cuerpo lúteo. Se han observado niveles más altos de estradiol folicular temprano en mujeres consumidoras de cafeína.

Se ha constatado que aquellas mujeres con un consumo de café mayor a 3 tazas al día tardaban más en quedarse embarazadas que aquellas mujeres que consumían menos de 3 tazas de café diarias.


Alcohol

Se ha señalado que el consumo de alcohol reduce la fertilidad, aunque no se ha aclarado la cantidad de alcohol que se asocia a este riesgo. La concepción se podría ver afectada mediante un aumento de estrógenos propiciado por el alcohol, que reduciría la producción de la hormona folículo estimulante, inhibiendo de esta manera el desarrollo del folículo y la ovulación. Es así como el consumo de alcohol puede repercutir sobre la maduración del óvulo, la ovulación y el desarrollo e implantación del óvulo fecundado. También se ha asociado el consumo de alcohol positivamente con la duración del ciclo, es decir, que aquellas mujeres que consumen alcohol en mayor cantidad tienen ciclos menstruales más largos y se han constatado ciclos más cortos en las mujeres que se abstienen de alcohol.


Dieta

Para optimizar la fertilidad a través de la nutrición es necesario evitar los cereales refinados, alimentos procesados, azúcares y almidones de la dieta y obtener los carbohidratos necesarios de verduras, frutas y cereales complejos (patata, batata, arroz, integrales). Además, es recomendable aumentar las grasas saludables de la dieta y consumir la proteína de calidad suficientemente.

En cuanto a la dieta, también se ha observado que aquellas mujeres con una baja adherencia a la dieta mediterránea tienen un ciclo menstrual más largo y aquellas que consumen menos de 2 frutas al día padecen más dolor menstrual. La cantidad de sangrado resulta menor en aquellas que consumen aceite de oliva a diario.

Asimismo, las deficiencias nutricionales repercuten negativamente sobre el funcionamiento del ciclo hormonal. Se ha logrado recuperar la fertilidad en mujeres que habían sido infértiles durante años tras el tratamiento de déficits de ácido fólico (vit. B9), vitamina B12 o hierro previamente detectados.


¿Si tengo problemas hormonales cambiando los hábitos de alimentación conseguiré solucionarlos?

Los problemas hormonales son multifactoriales y pueden tener su origen en diversas causas, por ello deben ser evaluados por ginecólogas o matronas. Sin embargo, si los padecemos debemos evaluar también los factores ambientales y nutricionales, es decir, el estilo de vida y las elecciones dietéticas con un dietista-nutricionista, ya que estas pueden estar afectando a la fertilidad. El cambio de hábitos puede llevarnos al objetivo, pero debemos tener en cuenta que a veces la solución pasa por varios ámbitos que debemos integrar en el tratamiento.


Referencias bibliográficas:

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